Después de una larga travesía, a través de tupidos bosques, en busca de los fantásticos seres que habitan el planeta Tierra, me topé con este antiguo baúl. Lo abrí y no vi nada. ¿Saben porqué? Porque mi sed de conocimiento nubló mi nobleza de espíritu y claridad de mente. Pensé que no contenía nada, pero aún así lo llevé conmigo (no podía negar que estaba bonito) y decidí que ya no buscaría más.
Después de que el baúl aguardara pacientemente durante días junto a la chimenea, sintiéndome cansada y derrotada lo guardé en el viejo ático. Un día, cuando ya había recuperado mi fortaleza emocional e inocencia habitual, regresé al ático, abrí el baúl y allí estaban. Todos los maravillosos seres que había estado buscando salieron del baúl en un resplandor de luces de todos los colores iluminando cada rincón.
Decidí que no dejaría que nadie se perdiera tal espectáculo. Ahora te ofrezco la oportunidad de echarle un vistazo a mi baúl para que entiendas y conozcas a todas esas maravillosas criaturas.
Es tu desición. Aquí te dejo la llave por si decides abrirlo...